Qué debes saber antes de reparar tus persianas

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Las persianas son un elemento esencial en cualquier hogar o local, tanto por comodidad como por seguridad. Pero, como cualquier mecanismo, pueden estropearse con el tiempo. Antes de lanzarte a repararlas (o incluso de pedir ayuda profesional), es importante conocer ciertos aspectos clave para evitar errores, ahorrar dinero y garantizar un resultado duradero.

Identifica el tipo de persiana

Antes de actuar, es importante saber qué tipo de persiana tienes. No todas se reparan igual. Los tipos más comunes son:

  • Persianas enrollables tradicionales (con cinta o manivela)
  • Persianas motorizadas (eléctricas)
  • Persianas autoblocantes o de seguridad
  • Persianas exteriores de aluminio o PVC

Cada una tiene un sistema distinto y, por tanto, distintas posibles averías.


Averías más comunes y cómo reconocerlas

Aquí te dejamos una lista con los fallos más habituales y cómo detectarlos:

  • La persiana no sube o baja: suele ser por una cinta rota, eje atascado o motor averiado.
  • Hace ruidos al subir o bajar: puede haber piezas desajustadas o falta de lubricación.
  • Se queda atascada a mitad de recorrido: normalmente es por lamas desencajadas o acumulación de suciedad.
  • El motor no responde (si es eléctrica): revisa el mando, la corriente o el propio motor.

(Consejo: Si no estás seguro de qué le pasa, evita forzar el mecanismo. Llamar a un profesional a tiempo puede evitar daños mayores.)


Errores comunes al intentar reparar una persiana

Muchos usuarios cometen errores por intentar ahorrar tiempo o dinero, pero acaban provocando averías más graves. Aquí algunos de los más frecuentes:

  • Forzar el mecanismo sin saber el origen del problema.
  • Usar lubricantes inadecuados, como aceites que atraen polvo.
  • Desmontar sin tener claro cómo volver a montar el tambor o el eje.
  • Comprar piezas universales que no encajan con tu modelo exacto.
  • Manipular motores eléctricos sin desconectar la corriente.

Si no tienes experiencia, lo mejor es dejar la reparación en manos de un profesional.


Mantenimiento para alargar la vida útil de tus persianas

Evitar averías es posible si realizas un pequeño mantenimiento cada cierto tiempo. Aquí algunos trucos sencillos:

  • Limpia las lamas regularmente con un paño húmedo para evitar acumulación de suciedad.
  • Lubrica el eje y los rodamientos con productos específicos (cada 6 meses es suficiente).
  • Revisa el estado de la cinta: si ves que está desgastada o deshilachada, cámbiala cuanto antes.
  • En persianas eléctricas, asegúrate de que no haya humedad cerca del motor o la instalación eléctrica.

¿Cuándo llamar a un profesional?

Aunque hay reparaciones que puedes hacer tú mismo, hay casos en los que es recomendable contactar con un experto:

  • Si el eje está descentrado o bloqueado.
  • Si necesitas sustituir muchas lamas o todo el tambor.
  • Si la persiana es motorizada y no responde.
  • Si no tienes herramientas adecuadas o tiempo para hacerlo bien.

(Reparar a tiempo puede salir más barato que cambiar toda la persiana.)


Resumen

Antes de reparar una persiana, infórmate bien. Saber qué tipo de avería tienes, evitar errores comunes y realizar un buen mantenimiento puede ahorrarte molestias, tiempo y dinero.

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